Nuestra amistad es un pacto, un contrato tácito, un acuerdo de palabra sin palabras. Pasamos miles de cosas juntos, buenas y malas y los dos sabemos que eso significa somos hermanos desde los 12 años, y cuando estamos juntos no le tengo miedo a nada.
No hace falta decirte que te quiero mucho, que sos mi hermana, que doy mi vida por vos y eso es literal.
Saber que nunca me va a soltar la mano no tiene precio, ni hay que decirlo, es un pacto silencioso entre nosotros dos.
Ya no hace falta que le diga lo que significa para mí, gracias por ser tan especial.
Ella sabe todo lo que le debo.
Nuestro pacto mas importante fue ‘te voy a querer siempre, pase lo que pase’.
Crecí con vos, me prometiste que siempre ibas a estar conmigo, y a pesar de todo cumpliste con tu pacto (tal ves sin darte cuenta). Estuviste ahí, conmigo, incluso cuando yo no estuve.
Siempre supe que ibas a estar, jamás dudé de vos.
Estoy orgulloso de tu lucha, de tu pelea, nunca dudé de vos.
Me juego por ella porque confío en ella, y confío porque ella confía en mí. Ese es mi pacto.
Nos prometimos nunca abandonarnos, y nunca es nunca ¿no?
Mi pacto con vos está escrito en las estrellas, es más fuerte que la distancia y el tiempo, es un pacto que vence al destino.
Jamás le dije que cuando me siento triste un abrazo de ella me calma. Ella jamás me dijo que lo sabía. Supongo que eso es un pacto.
Entenderse con la mirada, es un pacto implícito, lleno de sentido.
Gracias.
De nada. Diciendo sin decir cumplimos nuestro pacto.
Yo le prometí en silencio, que siempre iba a estar con ella
Un pacto se hace de a dos.
Juramos estar el uno siempre con el otro.
Juramos estar siempre uno al lado del otro.
Siempre vas a contar conmigo. Es un pacto.
Hasta que la muerte nos separe, ese es mi pacto con vos.
Te amo, gracias por todo, perdón por todo.
Lucas
